jueves, 12 de febrero de 2009

Solamente un huevo tibio



Siento el viento frío matutino que golpea mi rostro y como caricia, ahuyenta al letargo mañanero, a la tibieza del lecho abandonado con premura y al agua de la ducha contra el pecho...
El sonido del motor del ómnibus, homólogo al de la turbina del boeing o a mi mente que me traslada sin peaje ni boletos, ni aeropuertos siempre iguales...
La fría mañana que me envuelve y mi mente que me eleva hasta la cúspide soñada en mi estado de éxtasis profundo....
El mordisco desgarrador en mis entrañas y el miedo que a mi mente tan sufrida asalta. Vivir tan intensamente tiene un precio y es uno el que decide saltar hacia el abismo o detenerse privándose del néctar de las flores, cuan colibrí ávido que brida cada una como si fuera el último acto de su vida tan efímera...
Poder sorber el agua de la lluvia, que riega el rostro y se recoge con las manos en cunita...
Poder hablar con las nubes y los cerros, poder pisar el césped crecido y húmedo que acaricia los pies desnudos...
Poder embriagarse con el perfume de las flores, de los árboles que agitan su follaje...

El alerta que dice: ten cuidado, hay un ojo que observa, el de la gente, que cuestiona tu cordura...
Saber el precio que se paga por sorber el néctar de las flores y en el ómnibus, en el boeing, en la mente, acariciar al huevo y dejar que su tibieza ascienda primero por los dedos, por la mano, hasta inundar el cuerpo todo...
Solamente la complicidad entre un ser y otro, posible germen trunco de una vida, con su tibieza que me embarga y recuerda un encuentro en soledad en el asiento de un coche que transita en medio de la nieve...
El aguijón del miedo se clava sin piedad y pienso que debo renunciar al néctar de las flores, al éxtasis de un orgasmo compartido, a la gloria de la demencia merecida...Para quedar finalmente cautiva en la miseria de una salud mental a fuerza de pastillas....
Debo parar el tren supersónico para no ser como Clarisse la del cuento, para que no me embista a 150 Km/h, pero aveces me pregunto: vale la pena tanta renuncia?
Estoy segura que cuando la muerte me sorprenda, no será enemiga sino cómplice para llevarme a un lugar donde, la locura no es estigma y en el que podré sorber el néctar de las flores, ser Juan Darién, Clarisse y tantos otros que como yo se sienten libres como el viento de agosto, con la libertad que otorga la demencia.

viernes, 6 de febrero de 2009

Bien, ¿c’a se passe bien?


Bien, cuando nada marcha bien.
Bien, cuando luego de pagar sólo parcialmente tus deudas quedas sin un centavo.
Bien, cuando enero es largo y no tienes margen en tu tarjeta de crédito.
Bien, cuando buscas un billete olvidado en tus carteras y das vuelta bolsillos inútilmente.
Bien, cuando piensas con qué dinero pagarás tus cigarrillos (para disminuir tu ansiedad, así dices) y los cospeles para ir a trabajar.
Bien, cuando sientes que tu mochila pesa cada día más y ahora no la cargas, solamente la arrastras.
Bien, cuando tu cabeza se parte del dolor y en tu rostro se ha instalado una mueca de sufrimiento.
Bien, cuando no recuerdas las claves y contraseñas para entrar a tus cuentas de Internet y tienes que anotarlas para no olvidarlas.
Bien, cuando los fines de semana charlas por teléfono con tus hermanas y todo está bárbaro para no preocuparlas.
Bien, cuando, no sabes debido a qué te ceden el asiento reservado y te ayudan a descender del colectivo.
Bien, cuando haces una lista prolija con los síntomas que te preocupan, luego de perder el conocimiento, cinco veces ya en veinte días.
Bien, cuando te preguntan si tienes estudios neurológicos anteriores y respondes que no, negando la abultada bolsa que olvidaste bajo el colchón de tu cama.
Bien, cuando llegas a tu casa y, como perro de presa, olfateas tu calzado y tus prendas porque no sabes de dónde viene el olor tan repugnante que sólo tú percibes.
Bien, cuando regresas al departamento y torpemente haces callar a tus mascotas, que te reciben felices con el ritual de siempre porque sus ladridos taladran tu cerebro.
Bien, cuando lees en el blog de tu hija sus escritos embebidos en dolor y solo sufres por saber que se “cuelga” con los porros.
Bien, cuando sientes pánico de terminar babeando y sin recordar siquiera tu nombre u orinándote encima como tu hermano.
Bien, cuando percibes los daños en la mente de tu amigo, fruto del consumo prolongado de “maría” y piensas que con tu hija pasará igual.
Bien, cuando piensas que morir es lo mejor y buscas un método indoloro, ya que no quieres sufrir más.
Bien, como dice tu amigo, ¿c’a se passe bien?

jueves, 5 de febrero de 2009

Encuentro




Nuestras miradas se encontraron y el tiempo se detuvo. Me impactó el color de tus ojos, mezcla de azul y de cielo encapotado. La palidez de tu rostro enmarcado con una barba renegrida, y…tus rizos sobre la frente.
Caminamos en silencio a pasos apurados exhalando el humo de nuestros cigarrillos… Me acompañaste en el ascensor y me diste un beso, solamente rozaste mis labios. No hubo una palabra sólo eso y descendí en el piso a dónde iba. Te perdí en la caja metálica, quién sabe cual era tu destino.
Busco inútilmente tus ojos en todas partes y te recuerdo siempre cuando miro el cielo encapotado sin encontrar el roce de tu boca.

miércoles, 4 de febrero de 2009

El paraíso perdido



Cuando el Ser renuncia a la vida y se castiga sin clemencia, negándose cualquier posibilidad de abandonar esa agonía atroz del dolor moral que no cede con alcohol ni tabaco ni psicofármacos...

La desesperación crece y se siente la laxitud del cuerpo abandonado y el solo deseo de terminar con el tormento...con la convicción de que esta vez el modo no debe dar lugar a ningún posible salvamento.

Afinar la puntería y pensar que finalmente las puertas del paraíso perdido serán abiertas para no dejarme salir nunca más a un mundo tan destructivo y dañino...

Volver al mundo de las risas, de las flores, de los trinos y de mi tan amado Agosto, dejar recorrer con mi mente los castillos de mis cuentos y de esa fantasía ilimitada que cuan remolino me eleva hacia la cúspide, hacia el ensueño, donde todo es armonía...

Sentir intensamente el amor, sentirlo en la piel y poder palparlo con manos de hada llenas de estrellas que en cada caricia esparcen olor a lavanda, gardenia y madreselva...

Sentir el trino de los pájaros, poder ver las copas de los árboles, y con toda mi ternura abrazar sus troncos y besar sus cortezas, caminar por el césped con mis pies descalzos, sentir el perfume del pasto recién cegado y revolcarme en él en busca de caricias...

Poder volar y desde lo alto de la montaña poder mirar ese jardín infinito, sin tristeza, sin odios, sin enfermedades, con sólo eso: PAZ

El Poder



"Ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado. ¡Porque eres polvo y al polvo volverás!".. Génesis 3:14-19.

12 monedas de plata costo la vida de un infractor que predicaba el amor entre los hombres.
Periódicamente surgen inadaptados que no se dejan doblegar y pagan con su vida la defensa de sus ideales.
Generalmente son anacoretas, se los llama santos, líderes y filántropos, como Mahatma Gandhi , Martín Luther King, Albert Schweitzer, la Madre Teresa de Calcuta…y otros tantos seres anónimos.
Algunos afortunados “Los bufones de Dios”, inocentes sin ambiciones y casi siempre sonrientes, se conocen como seres con síndrome de Down, generalmente son discriminados, a menudo no aceptados ni por sus familiares y tienen una vida breve.
A lo largo de los tiempos otros personajes, los genios del arte, la música, las letras, fueron maltratados e incomprendidos y frecuentemente condenados a vivir en la pobreza.
Y están los locos que logran escaparse del modelo, que representan un riesgo ya que pueden contagiar a otros con sus pensamientos, poner en peligro las estructuras sociales, por lo que generalmente se los confina y condena al aislamiento
Las guerras, el hambre y el desamor representan el triunfo de un tirano, dueño de la vida y de la muerte, de la felicidad, del desamparo en el que habitan muchos humanos…

Y es en Él que se centra El Poder.
El Poder de otorgar vida, de trascender hasta la eternidad con el advenimiento de los clones, de causar muertes, de sembrar el odio entre padres e hijos, entre hermanos, entre los pueblos…

Se lo conoce como Diablo, Satán o Satanás, Belial, Príncipe de este mundo o simplemente DINERO.

lunes, 2 de febrero de 2009

Derrota




La oscuridad cubre el campo de batalla.
Las huestes victoriosas se marchan luego del triunfo arrasador.
La negra bandera enarbolada por el triunfal Fracaso flamea victoriosa en la cima del patíbulo donde, la Misericordia y la Piedad fueron crucificadas.
Los cuerpos ya sin alma yacen pisoteados y embarrados…
La Sensibilidad con su rostro embarrado exhala su último suspiro.
Más allá, la Justicia desmembrada y sin cabeza se asemeja a una triste marioneta…
Ya no suenan los clarines ni tambores, solamente la música del silencio es la marcha funeraria de tantos caídos en la lucha.
En un descampado, la Esperanza agonizante se desangra lentamente
Sólo cuatro ángeles la custodian y velan el cadáver del amor que con sus ojos abiertos mira a un cielo sin estrellas
Los lirios ya marchitos, la legendaria Penélope, los paltos y la palmera tratan en vano de alimentarla con su savia y salvar a la víctima moribunda que, sin una queja, se abandona a su destino.
En un rincón, ya vencido, acurrucado y tembloroso, las lágrimas me nublan la mirada y bañan mi rostro demudado ante el panorama apocalíptico.
Es entonces cuando veo cerca de mí arrastrándose a la Fe, que harapienta, eleva al cielo en silencio una plegaria y en un monumental esfuerzo logro aferrarme a una de sus manos.